miércoles, 6 de abril de 2011

Batería de Curiosidades

  • En algunas culturas de la antigüedad se solía enterrar a personas vivos en los cimientos de las futuras construcciones, para proteger el edificio de posibles infortunios. Cuentan que, cuando fue levantada la ciudad de Tavoy, en el sur de Birmania, colocaron un delincuente en el hoyo de cada poste, para alejar a los malos espíritus. Este rito también fue utilizado por los druidas. 
  • La marihuana era de uso común en las reuniones sociales de la antigua Roma. 
  • En el siglo XV, los trabajadores de los molinos sustituían los granos de trigo que los clientes llevaban para hacer harina, por una mezcla indigesta de polvos minerales y cartílagos de sepias y calamares secos. Es uno de los primeros antecedentes conocidos de la adulteración.
  • Antes de la batalla, los centuriones romanos pasaban por la manicura y además se depilaban el vello de las piernas.
  • Algunos patricios romanos, como Craso, César y Pompeyo, tenían fortunas personales que se acercaban al presupuesto anual militar del Imperio, estimado en 500 millones de sestercios.
  • En la corte de Luis XV de Francia, se creó la figura del porta corbatas, un criado cuyo único cometido era abrocharle y desabrocharle la corbata al rey.
  • En la Grecia clásica, para saber si una mujer era estéril o no, se colocaba un ajo en la vagina; y si al día siguiente le olía la boca a ajo, la mujer se consideraba fértil. De lo contrario, se creía que sus conductos vitales estaban cerrados.
  • Antes de la llegada de los conquistadores españoles, las víctimas sacrificadas y devoradas cada año por el pueblo azteca oscilaban entre 15.000 y 250.000, según los expertos.
  • La palabra fornicar deriva del latín fomice, que significa curvatura interior de un arco, ya que bajo las bóvedas de los puentes y callejones era donde se podían alquilar los servicios de las prostitutas romanas.
  • En la España de Felipe III, los juegos de naipes estaban prohibidos por la ley. Sin embargo, eran muy populares en todas las clases sociales, e infinidad de españoles se entregaban a los mismos con gran afición... entre ellos el propio monarca.
  • En el antiguo Egipto, los días se dividían en buenos, amenazadores y nefastos, según los hechos que en ellos hubieran ocurrido durante la época en que los dioses moraban en la Tierra. En los días nefastos la gente no podía bañarse, montar en barca, viajar, comer pescado ni nada que viniera del agua. Tampoco se debía matar una cabra, un buey o un pato. Otros días eran recomendables no tener trato carnal con mujeres, so pena de infección. Y otras veces, era mejor no escuchar canciones alegres ni pronunciar el nombre del dios Seth, que tenía fama de pendenciero.
  • Los chinos adiestraban a los ciegos para la práctica del masaje con doble intención. Por una parte, se pensaba que los invidentes tenían más desarrollado el tacto y, por otra, podían tratar a la clientela femenina sin pudores.
  • Cuando iban al mercado, los verdugos de la antigüedad no podían poner las manos sobre la mercancía, y tenían que hacer la compra provista de una vara, con la que señalaban lo que deseaban comprar. Ello se debía al rechazo que hacia ellos sentía la mayoría de sus conciudadanos.
  • En el siglo XIV, el calzado de moda en Europa era un zapato puntiagudo llamado pontáine, con punteras que se alargaban varios centímetros, acababan en forma de garra de pájaro, o pico de águila. Algunos incluso tenían forma de pene, lo que motivó que los papas Urbano V y Carlos V de Francia prohibieran su uso a los católicos. Pero ni ellos pudieron parar la desvergonzada moda, que se prolongó durante varios años.
  • En la antigua Grecia, las mujeres no comían con sus maridos, sino que permanecían recluidas en el gineceo, habitación para mujeres que estaba situada en la parte posterior de la vivienda. Las únicas mujeres que podían sentarse a la mesa de los varones eran las hetairas, cortesanas de alto nivel.
  • El 27 de agosto de 1896, estalló entre Gran Bretaña y Zanzíbar - hoy parte de Tanzania - una guerra que duró 38 minutos.
  • El servicio del agua en Atenas, en el siglo IV, era de tal importancia que el funcionario que desempeñaba el cargo no era nombrado por sorteo, sino por elección. Tenía que ser rico, para que de esta forma pudiera contribuir con sus dracmas al mantenimiento y construcción de nuevas fuentes.
  • Una ley de Maryland, EE UU, del año 1634 obligaba a las mujeres viudas que habían heredado propiedades de sus maridos a casarse en un plazo máximo de seis años. Si no lo hacían, perdían sus pertenencias, que pasaban al pariente masculino más cercano.
  • El primer anuncio escrito que se conoce data del año 3000 a. de C. Es el contenido en un cartel encontrado en las ruinas de la ciudad egipcia de Tebas, que ofrece la recompensa de una moneda de oro a quien capture y devuelva a su amo un esclavo huido llamado Shem.
  • Los vikingos, en sus incursiones, no dejaban títere con cabeza. Sin embargo, en el año 854, cuando Godofredo, jefe de los normandos del Loira, se encaminaba hacia el monasterio de Redon para saquearlo, se desencadenó una violenta tormenta. Los vikingos, aterrados, creyeron que el convento estaba protegido por los dioses, por lo que no sólo desistieron en el empeño de arrasarlo, sino que además Godofredo dejó una guardia a sus puertas, para cerciorarse de que ninguno de los suyos lo saquearía en el futuro.
  • En el norte de Inglaterra, desde el siglo VII hasta bien entrado el XI, a las mujeres protestonas o que se negaban a permanecer calladas, se les ponía una especie de bozal metálico sobre la cara y la boca, el acial, con una mordaza también de metal, que les ocasionaba graves lesiones en el paladar y la cavidad bucal. Una vez amordazados, eran paseados por las calles atadas con una cuerda.
  • Cuando el Imperio Romano alcanzó su máximo esplendor, en el siglo IV, su red de caminos y carreteros alcanzaba los 80.000 kilómetros.
  • Antiguamente, dormir en las posadas era un auténtico peligro para los viajeros. Muchos posaderos estaban compinchados con los salteadores de caminos, para que por la noche entraran en la habitación del huésped, robaran sus pertenencias y lo asesinaran. Por este motivo, los viajantes solitarios preferían dormir a la intemperie, al cobijo de una roca o unos matorrales.
  • En la Edad Media, las ejecuciones de presos eran la fuente de un particular mercado negro; se comerciaba con las sogas de la horca, que se suponía que poseían abundantes virtudes curativas. También con el sebo de los ahorcados, para fabricar velas que, según se creía, podían alumbrar tesoros ocultos; y con la mandrágora, planta considerada la panacea contra todas las enfermedades, que crecía, según creencia popular, al pie de los patíbulos, regado con el semen de los ahorcados.
  • La frase “Ave, César, los que van a morir te saludan”, era efectivamente pronunciada por los gladiadores en el circo romano. Pero no se la decían, como mucha gente cree, a Julio César, sino al emperador Claudio, que reinó en Roma entre los años 41 y 54.
  • La esclavitud era corriente en España en los siglos XVI y XVII. En algunos casos, a los esclavos que eran más rebeldes o conflictivos, se les tatuaba la mejilla para distinguir su condición. Las marcas podían ser una S y un clavo, una flor de lis, una estrella, las aspas de San Andrés, o el nombre de su amo.
  • La mayoría de los nombres de los Estados Unidos de América derivan del lenguaje indio: Dakota significa aliados; Oklahoma, el pueblo rojo; Iowa, los dormidos; Kansas, una brisa cerca del suelo; Kentucky, el suelo oscuro y sangriento; Illinois, la tribu de los hombres perfectos; Texas, amigos; ldaho, buenos días; y Mississippi, padre de las aguas. 
  • En la antigua civilización inca, el uso de la coca estaba reservado a las clases más privilegiadas. Para los campesinos, era un crimen capital mascar hojas de coca sin autorización. 
  • Para saber si el futuro bebé era niño o niña, los antiguos egipcios hacían orinar a la mujer en trigo y cebada. Si el trigo crecía más rápido que la cebada, el fruto sería un varón, y viceversa.

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